Polycystic ovary syndrome (PCOS) is a multifaceted condition characterized by chronic anovulation and excess ovarian activity, in contrast to other causes of anovulation that involve ovarian dormancy or primary insufficiency. Recent studies indicated that Polycystic ovary syndrome is associated with low-grade chronic inflammation and that women with PCOS are at increased risk of non-alcoholic fatty liver disease. The inflammatory and metabolic derangements associated with PCOS are explained in part by the coexistence of insulin resistance and obesity but are further fueled by the androgen excess. New insights into the regulation of hormones and cytokines in muscle and fat tissue support the concept that PCOS is a systemic syndrome. The therapeutic plan should be tailored to the patient phenotype, complaints, and reproductive desire. Of note, the aromatase inhibitor letrozole seems to be more effective than the reference drug clomiphene citrate to treat infertility due to PCOS. Integral management by a multidisciplinary team may help the patients to adhere to lifestyle interventions and thereby reduce body adiposity and recover their metabolic and reproductive health.
Si eres de las que prefiere tener sexo con la luz apagada es porque no te sientes cómoda con la forma de tu vagina, entonces debes saber que existen varios tipos y la tuya no es tan extraña.
La vagina es un tubo músculo membranoso, que puede medir entre 7 a 9 centímetros. De acuerdo con las características físicas y genéticas, cada mujer cuenta con una diferente.
De Barbie hasta Tulipán
Barbie: es aquella vagina cuyos labios menores están contenidos por los labios mayores. Ambos descansan contra el hueso pélvico. Es menos común, de allí su semejanza con la anatomía de la famosa muñeca.
Cortina: Los labios internos son un poco más grandes que los exteriores, por lo que llegan a ser visibles.
Hinchada: Ésta es similar a la Barbie, con la diferencia de que los labios en el hueso púbico están algo inflamados.
Tulipán: Se ve como un capullo de flor a punto de florecer. Los labios menores están ligeramente expuestos.
Ya que conociste los diversos tipos de vagina, dejarás a un lado la vergüenza y cuidarás más de esta parte de tu cuerpo.
El cáncer de mama cobra la vida de millones de mujeres al año. Cada minuto se realiza un diagnóstico de esta enfermedad.
Según la especialista en ginecología, Lourdes Cardona, muchas mujeres no asisten al médico por temor a descubrir que padecen una enfermedad grave.
¿Para las mayores de 40 años?
El ultrasonido mamario de alta definición es una herramienta importante para la detección precoz del cáncer de mama. Es aconsejable que las mujeres mayores de 40 años se realicen uno cada 12 meses.
Con la excepción de la mujer que presenta antecedentes familiares de cáncer mamario. En este caso, la paciente desde los treinta años se puede hacer su estudio.
Es importante que el ultrasonido mamario lo realice un médico que tenga la especialidad en diagnóstico por imagen. Que sepa manejar el tejido mamario y tenga la experiencia en la búsqueda de anormalidad.
El nacimiento de un bebé por cesárea, se lleva a cabo a través de una incisión que se realiza en el abdomen. Se reserva para los casos estrictos, en los que la salud de la madre o del hijo está comprometida.
Las suturas que se usan en las cesáreas pueden ser de grapas o puntos con hilos, dejando una cicatriz horizontal que se ocultan bajo la ropa interior.
¿Qué hacer?
Hay que vigilar con el médico la correcta cicatrización de las capas internas de la piel que fueron cortadas para extraer el bebé.
Con respecto, a la capa superior de la piel es la que demanda más cuidados para evitar posibles problemas. Para ello, se debe lavar la zona con agua y jabón neutr, sin aplicarlo directamente en la herida sino con la espuma que genera. Después, lo correcto es secarla con una gasa estéril y dejarla al aire para evitar la humedad. Se recomienda, evitar las prendas de ropa ajustadas.
Las soluciones con yodo no son indicadas para curar la herida, ya que esta sustancia pasa en la leche materna al bebé.
Para garantizar la salud sexual y reproductiva, las mujeres deben asistir cada año al ginecólogo. La primera visita al ginecólogo puede ser un gran desafío que te puede causar nervios y muchas interrogantes.
Un informe de Harvard Health Publications señala que la primera visita al ginecólogo debe ser entre los 13 y 15 años. Otras mujeres, asisten al especialista por alguna molestia o cuando inician su actividad sexual.
¿Cómo será la consulta?
-El ginecólogo armará tu historia clínica con los datos de tu peso, talla y estatura.
-Te interrogará sobre los antecedentes médicos. La información que des es clave para el tratamiento.
-Llevará a cabo una exploración de las mamas, seguida de indicaciones para que sepas cómo hacerlo y cada cuanto tiempo realizarla.
-Si ya has tenido relaciones sexuales, te revisará los genitales para comprobar que no existan anormalidades.
Finalmente, efectuará un Papanicolaou, examen que toda mujer sexualmente activa debe hacerse cada año. Sirve para detectar posibles células cancerígenas.
La revisión tomará solo algunos minutos y cada vez que asistas a consulta será menos complicado.
Uno de los métodos anticonceptivos más seguros es la píldora anticonceptiva, ya que cuenta con una efectividad del 98%.
Muchas veces pueden ocasionar síntomas secundarios después de tomarla, como dolor de cabeza, náuseas y vómito.
El Instituto Mexicano del Seguro Social, explicó en un estudio que el vómito puede disminuir la efectividad de la píldora anticonceptiva, si esto ocurre en la hora siguiente de haberla tomado.
¿Qué hacer?
Si transcurrieron menos de dos horas de haber ingerido la pastilla, puedes tomarla nuevamente. Si pasaron 3 horas no será necesario.
En el caso, que te haya sucedido el primer caso, debes optar por métodos anticonceptivos alternos como el condón para evitar el embarazo.